Seguro que muchos recordáis el momento en el que se lanzó al mercado el conocidísimo juego Plants vs. Zombies. Aquel juego de defensa de torres se hizo tremendamente famoso cuando salió en 2009 y se convirtió en una exitosa saga. Ahora, un videojuego fuertemente inspirado en la franquicia ha llevado esta idea a la realidad virtual de una forma muy divertida. Este es el análisis de Toy Monsters.
La semana pasada estaba jugando a Toy Monsters para hacer esta reseña y subí un vídeo a Twitter de una de mis partidas. Un tuitero me contestó que el juego era un plagio muy descarado de Plants vs. Zombies. Es cierto que la inspiración de este juego de VR está enormemente influenciada por la saga de PopCap y Electronic Arts, pero también opino que hay muchos títulos que ven la luz y son reinterpretaciones de otros que han triunfado, con un toque especial (que se lo digan a Vampire Survivors).
Así que, sí, Toy Monsters es un videojuego tipo Plants vs. Zombies y la jugabilidad es similar, pero el hecho de haber introducido la realidad virtual en la ecuación hace que la experiencia sea bastante diferente. Este juego, además, está desarrollado por YetUnknown Games, estudio formado realmente por una única persona. ¿Merece la pena a pesar de sus similitudes con la saga de EA? Te lo cuento.
El poder en tus manos
La premisa de Toy Monsters es muy simple y no tiene truco alguno: nuestro objetivo es superar las diferentes fases, “proteger nuestra base” y, de paso, conseguir la máxima puntuación. En cada una de las pantallas, zombis y criaturas de todo tipo se lanzan contra nuestro querido hogar. Para defendernos de sus ataques tenemos que poner obstáculos en su camino en forma de unidades aliadas que intentan acabar con los enemigos.
Ese camino es, al fin y al cabo, nuestro tablero de juego. Los enemigos avanzan en línea recta por alguno de los distintos carriles que existen en cada escenario y tratan de penetrar nuestras defensas. Nuestro objetivo, claro está, es evitarlo. Lo curioso del videojuego es que aprovecha las cámaras externas y el passthrough de Meta Quest 2 y nos permite jugar en realidad mixta, por lo que podemos disfrutarlo incluso en “nuestra mesa”. Si pasáis de esto, tranquilos, porque se puede disfrutar únicamente en realidad virtual.
Para evitar el avance enemigo podemos “invocar” aliados (juguetes) en el escenario para que ataquen a los invasores y les maten. La variedad de unidades y posibilidades es buena y hay distintos tipos de juguetes que tendremos que usar con cabeza para salir victoriosos (por ejemplo, hay unidades de ataque directo como las velas u ositos de peluche que actúan de barrera para frenar las incursiones).
Las unidades, los poderes y los nuevos ítems los desbloqueamos conforme avanzamos en las fases. Y sí, has leído bien, poderes; hay unos ataques especiales que los utilizamos directamente nosotros, ya sea para mejorar temporalmente nuestras unidades o para atacar. Apuntar con nuestras manos o dedos a los enemigos es divertidísimo. Disparar un rayo desde la palma de la mano o calcinar a zombis con una llamarada que sale desde el dedo es una experiencia totalmente recomendada.
Cada una de las unidades se pueden invocar en el campo de batalla pagando su precio en estrellas, una divisa que podemos obtener mientras jugamos cada partida, aunque hay otras vías para conseguirlas, como por ejemplo poniendo sobre el tablero unas estrellitas que aumentan su aparición. Los poderes y modificadores también se pueden usar cuando conseguimos su correspondiente “moneda”.
Más allá de los 20 niveles existentes a día de hoy, también podemos disfrutar del modo “Minijuegos”. En este caso, el objetivo es utilizar alguno de los poderes disponibles para causar el caos en partidas muy locas. Tendremos que aguantar lo máximo posible e intentar conseguir la mayor cantidad puntos para quedar en buena posición en los rankings. No hay más modos de juego, eso sí.
Y es que quizá el gran pero del videojuego es que se queda algo corto en contenido, aunque es comprensible por ser un proyecto de una sola persona. Aún así, seguro que se ampliará en el futuro. El título lleva meses en AppLab y ahora que llega a la tienda principal de Meta Quest ha aumentado su contenido, por lo que las expectativas son buenas de cara al futuro. Además, por el precio que tiene (4,99 euros) poco más se puede pedir.
Como si jugaras con tus juguetes
Lo más chulo del videojuego, sin duda alguna, es que lo podemos manejar íntegramente con nuestras manitas. Toy Monsters se beneficia del seguimiento de manos y de las cámaras externas para permitirnos volver a nuestra infancia. Cogemos a nuestros juguetes aliados y los colocamos en el escenario, recogemos estrellas, aturdimos a los enemigos dándoles en la cabeza, disparamos un cañón o abrimos el menú tirando de un cordel, usamos poderes con nuestras manos… Es como jugar en el salón de casa.
En general, el tracking es bueno y el videojuego responde bien, aunque ya sabemos que esta característica no es 100% perfecta, algo que no es exactamente culpa de Toy Monsters. Se puede pulir y hay títulos en los que está mejor implementada, y en este caso a veces tiene pequeños fallos de seguimiento, pero nada fuera de lo tolerable. Es muy entretenido y, en fases con dificultad media o alta, las partidas son frenéticas y te piden mucha atención y rapidez mental.
Gráficamente el videojuego cumple sin muchos alardes, pero no necesita más. El modelado es correcto y el fondo cuando no usamos el passthrough está en la línea del resto de los elementos gráficos. Lo peor lo encontramos en los menús, poco atractivos y sin demasiado gusto artístico. Son meros botones que cumplen su función, pero no dicen nada. En general, el juego es agradable y rinde bien en Meta Quest 2.
Conclusiones
Sí, Toy Monsters está muy inspirado en Plants vs. Zombies y, aunque algunos dirán que es un plagio, es un juego muy entretenido y que ha adaptado muy bien el concepto a la realidad virtual. Es un título humilde, corto en opciones y algo escaso en contenido, pero te dará sin problema varias horas de diversión. A mí me ha gustado y lo he pasado genial con él, así que te lo recomiendo. Es muy barato, no te arrepentirás.
