SCHiM – Análisis

Ya he jugado a este videojuego de plataformas en el que la luz y la sombra tienen una gran importancia

Por José Miguel Rodríguez Ros Análisis 7 minutos de lectura
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STEAM

Hay videojuegos que te enamoran a primera vista. SCHiM es, sin duda alguna, uno de ellos, porque su apartado artístico es uno de los más bonitos que he visto en los últimos años. Este simpático juego de plataformas, en el que usas las sombras para ir de un lado para otro, es interesante y único, pero tiene algunas carencias muy evidentes. Te cuento lo que me ha parecido en el análisis de SCHiM.

DESARROLLADOREDITORPLATAFORMASFECHA DE LANZAMIENTO
Ewoud van der Werf y Nils SlijkermanExtra Nice y PLAYISMPC | PS4 | PS5 | Nintendo Switch | XONE | XSERIES18 de julio de 2024

La primera vez que vi un tráiler de SCHiM me quedé completamente hipnotizado por su apartado artístico. Pero, más allá de eso, su propuesta plataformera también me gustó. Mis expectativas con el videojuego eran altas, y creo que esto ha jugado un poco en su contra. No es un mal título, ni mucho menos, pero desde luego me ha dejado un sabor de boca algo agridulce.

SCHiM es un videojuego de plataformas en el que sólo podemos saltar de sombra en sombra. En el título controlas a un schim, el espíritu de un objeto o de un ser vivo, algo similar al alma, pero que sólo vive en las sombras. Al comienzo del juego sucede algo muy desgraciado: nuestro schim pierde a su humano y sus caminos se separan, por lo que el objetivo del juego es reunirlos de nuevo.

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No será fácil, porque nuestro humano está en plena mudanza y en una etapa de cambios, por lo que no es fácil saber dónde está. De hecho, al principio, el título introduce de forma muy emotiva el vínculo entre el humano y el schim, reflejando que siempre han estado juntos, viviendo lo bueno y lo malo, el amor y la pérdida, los triunfos y las derrotas.

Esos compases en los que SCHiM te cuenta algo me han parecido los mejores, porque el resto del videojuego no me ha convencido tanto. En el título, debes perseguir al humano saltando de sombra en sombra. Hay momentos de ese plataformeo que están muy bien resueltos, pero la mayoría son demasiado planos y sencillos, algo que acaba pesando mucho a la larga.

Si una papelera hace una sombra, allí podrás saltar; si una persona va en bici y está haciendo una sombra, puedes “subirte” a ella y avanzar unos metros; si un cable da sombra, te puede servir para saltar más alto. Como digo, hay momentos buenos y el concepto de luz-sombra es genial, pero la ejecución es algo floja. Cada fase del título te propone un camino diferente, pero todo el desarrollo se basa en perseguir al humano.

a group of boxes on a scaffolding

Lo que sin duda no ayuda mucho a que el juego sea una experiencia más fluida es la cámara. Puedes rotarla y colocarla en cuatro posiciones fijas, pero hay escenarios y momentos en los que no importa dónde la pongas, porque no se ve bien la acción de ninguna forma. Es algo frustrante. El juego se desarrolla en un entorno 3D realmente, aunque la acción siempre la veas en 2D.

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Tampoco me ha gustado la definición de los objetivos. Básicamente, lo que tienes que hacer es ir de un punto A a un punto B para que la fase avance. El problema es que, para saber a dónde dirigirte, siempre debes ver una animación que te indica el camino a seguir. Corta el ritmo de juego y, en muchas ocasiones, no está nada claro por dónde puedes llegar a un sitio concreto.

Esto último no lo valoro de una forma tan negativa, porque entiendo que el juego quiere que explores y encuentres la forma de avanzar por tus propios medios, interactuando con los diferentes objetos y humanos de cada fase. Y está bien la idea, pero creo que su ejecución también es algo mejorable. En general, el juego no te indica casi nada y eso puede incomodar a algunos jugadores.

Me resulta curioso, de hecho, que sea tan críptico en algunos elementos, teniendo en cuenta que todo el juego invita a la relajación y a la calma, y creo que estas cosillas alteran esa sensación de tranquilidad que sí transmiten los gráficos. En general, creo que SCHiM es un videojuego sencillo, directo al grano y sin grandes pretensiones, por lo que las expectativas del jugador deben ir en esa línea y evitar lo que me ha pasado a mí.

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Como ya he dicho, el apartado artístico del juego es sobresaliente. Juega muy bien con las sombras y la luz, y no tiene miedo de probar distintos colores. Es un estilo minimalista, pero realmente precioso y que casa a la perfección con la propuesta. El apartado sonoro es escaso y no hay voces, pero los pocos efectos de sonido y el audio que hay acompañan bien, sin más. Los textos están en castellano, aunque hay muy pocos. Ah, y te lo puedes pasar en un par de tardes.

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SCHiM es un sencillo juego de plataformas, que juega con la luz y las sombras para crear una experiencia única. Aunque lo logra, la jugabilidad es plana, la cámara dificulta la acción y es algo confuso saber a dónde ir en ciertas ocasiones. Artísticamente es precioso.

Por último, dar las gracias a PressEngine por cedernos una copia de SCHiM.

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