SEGA da el salto a Meta quest y lo hace con una experiencia idónea para la VR. Samba de Amigo: Virtual Party ya está disponible en la plataforma de Meta, con compatibilidad para Quest 2, Quest 3 y Quest Pro. Tras agitar las maracas durante unas horas, puedo decirte que esta es la mejor versión del juego de Amigo. Te cuento lo que me ha parecido en este análisis.
Amigo se anima con la VR
Los juegos musicales siempre me han gustado. Crecí con Guitar Hero y Sing Star, y en VR siempre pruebo las novedades del género. De hecho, aquí os he hablado de otros juegazos como Unplugged: Air Guitar o Drums Rock, pero el que nos ocupa en esta ocasión es un peso pesado, porque es uno de los grandes clásicos del ritmo en los videojuegos: Samba de Amigo: Virtual Party.
Amigo, el personaje principal de la saga, y todos sus amigos, dan el salto a la realidad virtual con una versión adaptada totalmente al formato. Muchos recuerdan con cariño el Samba de Amigo original, que maravilló a todos en Dreamcast, con las maracas como periférico. Y sí, por si estás despistado, en este videojuego tocas ese instrumento acompañando a grandes canciones de la música internacional.
Seguramente sepas que a finales de agosto la saga volvió por todo lo alto con Samba de Amigo: Party Central, un nuevo juego exclusivo para Nintendo Switch. En esa versión no podemos disfrutar de maracas físicas, pero son los joy-con los que se convierten en dicho instrumento. En Meta Quest también sigue esa línea: los mandos actúan como maracas y utilizarlas es tan sencillo como agitar los controladores.
Samba de Amigo: Virtual Party es, básicamente, la versión VR de Party Central, excepto por la ausencia de algún modo de juego. Pero, salvo esa cuestión, el título es exactamente el mismo, incluso en las canciones que están incluidas. De hecho, una de las cuestiones que más interés me despertaban era conocer cómo de diferentes serían las versiones de Switch y Quest. Pero no, no son muy grandes (y es lógico).
Agitando las maracas
En Virtual Party tu objetivo es sencillo: interpretar las canciones al ritmo de la música con las indicaciones que van apareciendo en pantalla. Como otros juegos de VR, como Beat Saber o similares, las notas vienen directas hacia ti, en tres alturas: arriba, en medio y abajo. De esta forma, no solo tienes que agitar los mandos, sino también situar la mano en el lugar correcto.
Además de esto, que es lo básico, hay otros movimientos que debes realizar. Por ejemplo, a veces hay que seguir con la mano unas líneas que aparecen delante de ti y, en otras ocasiones, debes realizar poses o “bailecitos” que se te marcan en pantalla. Más allá de esto, hay modificadores que puedes activar, que aceleran o disminuyen la velocidad, que dificultan el visionado de las notas o, incluso, que te llevan a minijuegos.
Cuanto mejor lo hagas, más puntuación obtendrás, claro está. De hecho, si llevas una racha de aciertos, el entorno cambia y Amigo aparece en un tamaño gigante al fondo del escenario, con mucha más gente bailando y haciendo locuras. El juego de Nintendo Switch me pareció maravilloso y divertidísimo, pero en VR es aún mejor. La sensación de alegría y entretenimiento jugando es inmensa.
Es más, aunque los movimientos que debes realizar son exactamente iguales que en Switch, me ha parecido que, al estar presente en el escenario, todo es más natural y me he sentido hasta más suelto moviéndome. En general, me ha parecido aún más frenético y apasionante que al jugarlo en plano. Y eso, sin duda, habla muy bien de esta adaptación a la VR, que se ha trabajado con mimo y guarda toda la esencia del clásico.
Modos de juego
Los modos de juego no son muy extensos, pero son más que suficientes para estar horas y horas moviendo las maracas. El más directo de todo es “Juego rítmico”. En él simplemente interpretas una canción en una de las cuatro dificultades en solitario, aunque es cierto que tienes la opción de registrar tus puntos en un ranking online para medirte a otros usuarios.
Aún así, el modo que me parece más interesante es “StreamiGo!”. Aquí intentarás ser el Ibai Llanos de la música y convertirte en el streamer más famoso. Para conseguir fans, tendrás que cumplir diversos desafíos que el juego te pone. La gracia aquí está en que no solo debes limitarte a superar la canción, sino que tendrás que ir un paso más allá y cumplir esos retos. Te obliga a jugar bien y ser efectivo.
El modo que nos falta es multijugador y tiene un formato battle-royale. Una vez dentro, compites contra 19 jugadores más (en Switch 8 eran bots, aquí no lo tengo claro, pero imagino que será igual) en tres rondas con canciones diferentes y muy dinámicas. En la primera ronda se eliminan varios jugadores, en la segunda otros y, en la última, se decide el ganador. Este modo tiene un ranking propio, pero no le veo mucho aliciente.
Respecto a la versión de Nintendo Switch se ha perdido el modo “En línea”, que te permite crear partidas privadas en la consola. Además, tampoco hay, como es lógico, un modo para dos jugadores en pantalla partida y sus minijuegos. Esto último es evidente que se haya quedado por el camino, pero la ausencia de “En línea” sí me ha sorprendido. Podría haberse incluido.
Un juego perfecto para la realidad virtual
La lista de canciones a mí particularmente me gusta mucho porque es variada a la par que comercial. Además, algunos exitazos, que incluso estaban en el original, están de vuelta, como La Macarena. El inconveniente es que solo interpretas un trozo de la canción, son actuaciones muy cortas, no es como en el resto de juegos musicales. Es algo que sigo sin comprender y no me gusta demasiado.
Por cierto, cuando terminas una canción obtienes experiencia, subes de nivel y obtienes recompensas, que normalmente son monedas del juego. Con ese dinero virtual puedes comprar diferentes cosméticos para tus maracas o para Amigo, en un detalle que siempre se agradece. En VR mola el hecho de que puedes personalizar tus instrumentos como quieras, incluso poniéndote un plátano o un sable láser.
En cuanto a la adaptación a la VR, es sencillamente perfecta. Tus mandos son las maracas, como he indicado, y el tracking está muy bien, no he tenido problemas, y eso que algunas poses son difíciles. Lo único es que, a veces, no termina de detectar que hago ciertos movimientos muy complejos, pero no tengo claro de si es un tema de seguimiento o que el título pretende que seas muy efusivo en los movimientos, porque no siempre ocurre.
El juego está traducido en textos al español y toda la interfaz es muy clara. Es un videojuego muy colorido y simpático, para toda la familia, con unos gráficos muy buenos para Meta Quest 2 (que es donde lo he jugado). Por cierto, en Meta Quest 3 tienes la opción de jugar en realidad mixta, pero por desgracia Meta pasa de España y de nosotros y no tengo unas gafas de momento para contaros cómo funciona ahí.
Conclusiones
Samba de Amigo: Virtual Party es la versión definitiva de este juego musical de SEGA. Es exactamente lo que todos los usuarios pensaban al jugar al clásico. Está perfectamente adaptado a la VR, la selección de canciones es variada y buena, y es muy divertido. Es uno de los mejores juegos de ritmo en realidad virtual.
Por último, dar las gracias a Plaion España por cedernos una copia de Samba de Amigo: Virtual Party.