Drums Rock recibió el pasado 10 de mayo un nuevo DLC. El Legendary Mix Vol. 2 introdujo tres canciones de Green Day, una de Disturbed y otra de The Proclaimers en este videojuego de musical de ritmo y batería en realidad virtual. El juego español amplía su repertorio de temas licenciados y, tras probarlas a fondo, os traigo una pequeña reseña de este contenido adicional de pago.
Con los DLCs en los juegos de ritmo pasa algo que parece muy extendido: siempre introducen las canciones más difíciles del videojuego. Con Beat Saber estoy más que acostumbrado a ver cómo las nuevas canciones suben el nivel y te hacen replantearte tu propia habilidad. En realidad, esta decisión tiene sentido: si te compras un DLC suele ser porque el título te engancha y eso hace presuponer que lo dominas.
En este Legendary Mix Vol. 2 de Drums Rock pasa lo mismo: las nuevas canciones son mucho más complicadas que las que lleva el juego base, como también pasa con los otros DLCs. Entiendo perfectamente que se enfoque de esta forma, pero también deberían comprender los desarrolladores que jugar mucho a un juego de este tipo no tiene por qué convertirte en un experto. Aún así, comparto el planteamiento.
Llevaba tiempo sin jugar a Drums Rock, no voy a mentir, y me ha costado meterme de lleno en las canciones. Son más difíciles que la media en todas las dificultades. Es evidente que, si te las pones en Fácil, superarlas es sencillo si has jugado unas cuantas horas, pero incluso en esa dificultad tienen cierto reto. Se nota, como digo, que la dureza del contenido es mayor que lo que ya había.
El DLC viene con cinco canciones, que puedes comprar en pack o por separado. Estas son: American Idiot, Holiday y American Dream is Killing Me de Green Day, I’m Gonna Be (500 Miles) de The Proclaimers y Stricken de Disturbed. Vamos, que son cinco exitazos de la música rock y que prácticamente cualquier persona conoce. A mí me parece una selección estupenda, sinceramente.
Que la dificultad de estas canciones sea más alta viene también por una cuestión importante: están mucho mejor trabajadas a nivel de diseño. La cantidad de notas es alta, se utilizan mejor los bombos y platillos prácticamente en todas las dificultades y la mayoría de estas canciones obligan al jugador a realizar movimientos rítmicos más complejos, así como combinaciones de bombos y platos más desafiantes.
Todas ellas se escuchan a la perfección, con un sonido muy limpio, y las notas que aparecen encajan realmente bien con la batería que suena en la canción. Como sabéis, en este género musical las dificultades altas suelen ser más fiel “a la realidad” porque piden más golpes pero, en este caso, todas y cada una de ellas están bien adaptadas a cada nivel. Claramente también hay una evolución en Garage51 en ese aspecto.
Como conclusión, creo que este es uno de los mejores DLCs del juego, sino el mejor. Sin duda, al menos tanto este, como el Simple Plan, deben estar en tu biblioteca si el juego te gusta. La selección de canciones es top, su recreación en el videojuego muy chula y desafiante, el sonido es bueno y dan mayor variedad de temas reales y licenciados. Lo recomiendo.