Neon Blood – Análisis

El estudio español ChaoticBrain Studios debuta con Neon Blood, una aventura gráfica cyberpunk de investigación que había generado una gran expectación. Con honestidad, a mí me generaba ciertas dudas que, por desgracia, se han confirmado. El juego tiene detalles muy interesantes, pero otros que no rinden al mismo nivel y empañan la experiencia. Te cuento qué tal está Neon Blood en este análisis.

Si te gusta Blade Runner, te enamorará su ambientación

Amo profundamente el estilo cyberpunk. Desde que vi Blade Runner hace muchos años, este planteamiento de mundo futurista y distópico me encanta, principalmente porque veo (cada vez más) muchas similitudes con la sociedad actual. Por tanto, la ambientación de Neon Blood me ha atrapado desde el principio. El juego nos sitúa en Blind City, con otros escenarios alejados del centro, como Dust County.

La ambientación cyberpunk está muy bien conseguida. Neones por todas partes, problemas enormes con las drogas (aquí es el Spark la que está haciendo mella), implantes cibernéticos en los humanos, grandes corporaciones que dominan el mundo, una sociedad que sobrevive como puede, desigualdad… Todos los elementos típicos están ahí y son muy notables desde el inicio del título.

También es genial el apartado artístico y gráfico del videojuego. Es evidente que se ha puesto mucho énfasis en esta parte y el resultado es fantástico. Los escenarios están diseñados en 3D, pero todos los personajes son sprites 2D creados con pixel art. Vamos, lo que Square Enix bautizó como 2.5HD y que hemos visto también en obras recientes, como en Dragon Quest III HD-2D Remake.

Visualmente es una auténtica barbaridad y está claro que entra por los ojos. Neon Blood apetece cuando lo ves. Es una lástima, eso sí, que cuando rascas y descubres lo que esconde una cara tan bonita la sensación no sea tan buena. Me resulta algo confuso lo que ha pasado con el título. La idea es buena, el planteamiento es atractivo y la ambientación genial, pero la jugabilidad y la historia han pasado a un segundo plano.

En el juego controlas a Axel McCoin, un policía destruido por el Spark y venido a menos. Es la típica historia del poli exitoso que ha arruinado su carrera. Ahora tiene entre manos un caso de una terrible asesina. El relato está demasiado acelerado, como si no se hubieran podido contar las cosas al ritmo que realmente se quería. También se habla de muchas cuestiones en las que nunca se llega a profundizar.

Y es algo que, claramente, le pasa factura. Los diálogos son a veces demasiado atropellados y se resuelven sin demasiada gracia, como si no hubiera tiempo para desarrollar los acontecimientos. Por este ritmo tan acelerado, y por no hilar bien algunos acertijos, se resienten las partes de investigación y exploración, con situaciones que rozan lo cómico.

Por ejemplo, en un momento dado llegas a una zona en la que hay una barrera y no puedes avanzar. El hombre que la custodia te dice que no, que no te va a abrir. Tras ello, debes buscar un camino alternativo… Y ese es, simplemente, pasar por detrás del muro en el que está apoyada por la barrera. Vamos, andar por la calle y pasar. Sin más. Ese momento en concreto me ha dejado patidifuso.

Quizá sea el ejemplo más extremo, pero hay algunos otros puzles en los que también te quedas con una sensación amarga. Me da especial rabia porque en las ocasiones en las que el juego sí consigue hilar los sucesos, es entretenido. No te cambiará la vida, pero sí funciona, aunque tenga una jugabilidad que no sorprende tanto. Sin duda, lo que más he notado es la falta de consistencia.

Jugabilidad variada, pero…

Algo que sí le aplaudo al videojuego es que es variado. Es cierto que puedes superarlo en 4-5 horas, pero no se apalanca en una sola mecánica. Tendrás momentos de resolución de acertijos, otros de exploración, otros de investigación pura y de búsqueda de pistas gracias a un escáner, e incluso combate. Sí, hay batallas por turnos que, sinceramente, no son muy atractivas.

Estos combates de bandas se basan en un sistema muy sencillo de uso de ataques, habilidades, defensa y objetos. La ejecución es regulera y tampoco supone un reto, pero aporta algo de variedad al gameplay, como te decía. También hay momentos QTE, que te mantienen en tensión, ya que debes acertar los comandos que aparecen en pantalla para poder salir airoso de la situación.

En general, la jugabilidad no es innovadora, pero creo que hubiera funcionado mucho mejor si se hubieran pulido los detalles importantes, como la historia, los diálogos y el desarrollo de los acertijos. Neon Blood te da una de cal y otra de arena, ese es el resumen. Hay momentos y elementos muy chulos, pero también hay otros detalles en los que flojea.

El juego está disponible en consolas y PC. He jugado en ordenador a través de Steam y la sensación también es agridulce, aunque me ha funcionado perfectamente a 60 FPS y 4K. La optimización es genial. Entonces, ¿qué sucede? Pues simple y llanamente que no hay ni una sola opción gráfica, algo que no es de recibo en PC. Por cierto, todos los textos están en español.

Evidentemente, hay que tener en cuenta que es el primer videojuego del estudio y hay que valorar lo que se ha logrado. Como te comentaba, es una obra de arte a nivel gráfico (por cierto, me flipan las pocas cinemáticas rollo anime que hay). Creo que hay mucho potencial. Si la parte narrativa y la cohesión de los puzles mejoran, el siguiente título puede ser muy top.

Conclusiones

Neon Blood entra por los ojos, gracias a un apartado visual sobresaliente. Eso sí, los acertijos y la historia no están al mismo nivel, y al juego le falta consistencia. La ambientación es brillante y podrás pasar 4-5 horas entretenido, pero hay elementos mejorables.

Por último, dar las gracias a ChaoticBrain Studios por cedernos una copia de Neon Blood.