No sabes lo feliz que me ha hecho que Indiana Jones y el Gran Círculo haya salido tan bien. La enorme inversión que ha hecho Xbox en estudios empieza a dar sus verdaderos frutos y eso sólo significa una cosa: más juegazos para todos nosotros. Podría comentarte muchas de las cosas que me han flipado del juego, como sus escenarios abiertos, la exploración y los puzles.
También cabría la posibilidad de hablarte de lo que no me ha convencido tanto, como la IA, pero para todo eso ya tenéis nuestro análisis del nuevo juego de Indy. En esta ocasión, quiero hablar de algo que me ha impactado mucho, porque este título merece comentarios en varias vertientes. Indiana Jones y el Gran Círculo podría ser una película más en la increíble franquicia y lo digo como un halago enorme.
Hay elementos muy obvios que nos invitan a pensar en ello. El más claro es la aparición del rostro de Harrison Ford. Recuerdo perfectamente que cuando se anunció que MachineGames estaba trabajando en el juego nadie pensaba que pudiera suceder algo así. Creo que todos dábamos por hecho que se crearía un Indy diferente para no quebrantar derechos de imagen, pero la vida te da sorpresas.
Pero, evidentemente, no hablo sólo de las cuestiones más evidentes. Para empezar, se han recreado lugares reales, como el Vaticano o las pirámides de Guiza. Son tan sumamente realistas que, además de admirarlos con atención y admiración (he ido muy lento jugando), no he parado de pensar en que es como si el rodaje de un nuevo largometraje nos hubiera llevado por diferentes partes del mundo.
En las películas también han rodado en lugares reales, aunque hay un dato curioso que quizá no sepas: algunas de las localizaciones en las que se rodó no aparecían luego como tal en la producción. Por ejemplo, cuando se grabó en España para Indiana Jones y la Última Cruzada, en realidad se estaba representando el Medio Oriente. Cosas del cine.
Por supuesto, también se grabó en lugares que luego sí se nombraron como tal, como precisamente algunas localizaciones de Egipto. Para la serie “Las aventuras del joven Indiana Jones” también grabaron en un montón de países. Por tanto, aquí tenemos otra referencia: el esfuerzo por recrear lugares reales es algo que representa lo que hemos visto en la franquicia, que siempre ha querido dar ese contexto al relato.
La historia del videojuego sucede después de los eventos de El Arca Perdida, en 1937, y hay un montón de guiños a momentos clave de esa película. De hecho, es este el otro motivo por el que el título de Microsoft podría ser un largometraje más: el uso de los planos, los cortes, las transiciones, algunos primeros planos bastante bizarros… Todo respeta la iconografía que hizo grande a la saga.
Es algo similar a lo que pasa con Star Wars y que, por ejemplo, tan bien recrea Star Wars Outlaws. Sin duda, estos elementos ayudan a que uno se sienta dentro de una aventura de Indy. Llama la atención desde el primer momento en el que inicias el juego y, como digo, es una verdadera pasada para cualquier fan de las películas. Por todo esto, Indiana Jones y el Gran Círculo es una adaptación tan buena.
