Dragon Quest III HD-2D Remake es valiente, pero no porque innove o por su espectacular apartado gráfico, sino porque respeta, casi de forma sorprendente, todo lo que hizo grande a este videojuego hace muchos años. Por supuesto, hay novedades, pero me quedo principalmente con lo que me ha atrapado un JRPG que no tiene miedo de ser fiel al clásico. Análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake.
DESARROLLADOR | EDITOR | PLATAFORMAS | FECHA DE LANZAMIENTO |
---|---|---|---|
Square Enix | ARTDINK | Square Enix | PC | PS5 | SWITCH | XSERIE | 14 de noviembre de 2024 |
Un juego que no sería posible en 2024
Los JRPG han cambiado mucho, especialmente en los últimos 10 años. Ahora son el ejemplo perfecto de buenas y trabajadas historias, de combates profundos, de universos ricos y mundos enormes, pero también de fluidez, dinamismo y accesibilidad. Metaphor: ReFantazio es todo eso, por ejemplo. Enfrentarse hoy en día a un juego clásico del género es complicado, porque prescindir de todos los avances es algo duro.
Es por esto que me ha sorprendido, en primera instancia, que Dragon Quest III HD-2D Remake no tiene ningún problema en mantener la jugabilidad que le hizo grande. Olvídate de una gran historia o de un mundo bien cohesionado, ni se te ocurra pensar en compañeros de viaje con un relato propio y no creas que los combates van a ser coser y cantar, aunque sean semiautomáticos.
Este remake es una rara avis. Square Enix tiene estas cosas. Por un lado, te cambia la saga Final Fantasy a ARPGs porque dice que los jóvenes no juegan a otra cosa. En cambio, por otro lado, mantiene Dragon Quest como un baluarte del rol clásico, porque incluso DQ XI es solo una adaptación moderna de la jugabilidad antigua sobre la que se construyó el género.
Por eso digo que es curioso que la marca nipona apueste por respetar tanto el juego original, porque parece algo anticlimático en 2024. Se supone que esta jugabilidad ya no se lleva, pero yo me río de esto. Los grandes JRPGs de los últimos años tienen combates por turnos, por ejemplo. Me alegra mucho que Dragon Quest III HD-2D Remake sea duro, en el buen sentido.
Respeto al original, con todo lo que eso implica
La decisión me gusta, insisto en ello, pero también es cierto que yo mismo he sufrido en mis carnes ese respeto fiel por el clásico. La historia me ha dejado muy indiferente, no me ha agradado nada que los compañeros de viaje del protagonista sean meros soldados que literalmente creas en una taberna y el combate semiautomático no me apasiona (es muy similar al de Dragon Quest Monsters: El príncipe oscuro).
También tiene una dureza impropia de los tiempos que corren. Los enemigos aparecen de forma aleatoria por el mapamundi y en las mazmorras, y te aseguro que los combates son muy duros. He tenido problemas en varias ocasiones, hasta el punto de tener que volver a las ciudades para resucitar a los compañeros caídos (solo se puede hacer en las iglesias, ya sabes) en varias ocasiones.
Es evidente que, con una mirada de 2024, el videojuego tiene varios peros que pueden echar atrás al más pintado. A mí mismo no me entusiasman algunas de las mecánicas más clásicas y, sin duda, no es un remake para todo el mundo. El juego se resiente por el enfoque, pero es normal. DQ 3 salió en Japón en 1988 y ha llovido mucho desde entonces. En realidad, acepto lo que no me agrada y aplaudo que se respete al original.
Lo hago porque, una vez que aceptas esos peros (que insisto, son producto de que se ha hecho un remake sin tocar el núcleo jugable, no porque tenga algún problema), la experiencia es realmente satisfactoria. Te obliga a farmear, a lanzarte a las mazmorras y a los viajes largos con buen nivel y con muchos objetos en el inventario, y a explorar y recabar información como antaño, sin indicadores.
Hay algunas opciones de accesibilidad por si te pierdes o los combates se te hacen cuesta arriba, pero sinceramente creo que este Dragon Quest III HD-2D Remake hay que jugarlo sin (casi) ayudas (y, al menos, en dificultad Normal). Por supuesto, cada jugador es libre de hacer lo que quiera, pero la gracia del título está ahí, en lo duro que es y en la libertad que te da para afrontar la aventura como quieras.
Tu siguiente objetivo siempre está presente si quieres (eso sí lo he activado), pero no tienes ni idea de cómo llegar a él. La única forma de hacerlo es hablando con los NPCs (puedes memorizar lo que dicen) y explorando, factor que sí me ha encantado. El diseño de niveles es bueno. Explorar puede darte recompensas fantásticas y te aseguro que encontrarás recovecos que te sacarán una sonrisa. Mola mucho.
Esa libertad de afrontar el siguiente objetivo es sorprendente, porque encaja muy bien con el resto de detalles que te hacen la vida un poco más difícil. No hay muchos juegos que sean así hoy en día y la experiencia global de aventura que te proporciona este título es lo que hace que realmente merezca la pena. He disfrutado mucho mi tiempo con este JRPG, porque su núcleo es lo que debe ser el rol. Antes y ahora.
Hay algunas novedades, claro, como más escenas para contextualizar la historia o un nuevo tipo de guerrero para tu grupo que puede domar monstruos y adquirir sus habilidades (que son muy poderosas). Mola bastante y, además, facilita que se unan a ti. Sí, en este remake puedes pelear con las criaturas en combates específicos, al más puro estilo Dragon Quest Monsters. Si te engancha, hay horas de contenido solo ahí.
Una maravilla artística
Para ir terminando, quiero hablar del apartado gráfico. Me tiene embelesado. Es increíble. Es la mejor implementación del estilo 2.5D que arrancó con Octopath Traveler. Aquí todo está creado en 3D, pero los personajes y monstruos son sprites en 2D. El nivel de detalle es asombroso, la iluminación es sorprendente y las escenas que se crean son cautivadoras. Es un juego precioso.
Tampoco quiero olvidarme de la música. Es evidente que las canciones de Dragon Quest son muy conocidas y queridas, pero creo que es el DQ en el que más me han llegado. La mezcla es sublime y los temas musicales que suenan explorando o en batalla me han hecho pararme más de una vez a recrearme en ellos. Artísticamente es una pasada, en cualquier apartado.
He jugado en PC a través de Steam y mi experiencia ha sido fantástica. No he tenido ningún tipo de problema. He jugado a 4K y 60 FPS de forma muy cómoda en mi ordenador gaming de alta gama (Gigabyte RTX 4080 Gaming OC 16GB GDDR6X y un Intel Core i7-14700K). Es un juego muy pulido desde el punto de vista técnico, algo que se agradece enormemente.
Conclusiones
Dragon Quest III HD-2D Remake sorprende por ser tan anticlimático en 2024. Respeta tanto al original que hay detalles que se hacen duros de principio a fin, pero no importa. Cuando entras en él entiendes que su grandeza se basa en sus imperfecciones y en su dureza. Es un JRPG de los que ya no se hacen. Tienes que jugarlo.
Por último, dar las gracias a Plaion por cedernos una copia de Dragon Quest III HD-2D Remake.