Blizzard Entertainment ha anunciado Diablo IV, la esperadísima nueva entrega de su innovadora saga de rol y acción.
Ha ocurrido durante la BlizzCon 2019, cuyos asistentes han sido los primeros en todo el mundo en poder jugar a la demo pública del juego. Los jugadores de Diablo IV serán partícipes de una historia sombría y tendrán la libertad de explorar y forjar su propio destino en la visión más amplia e intensa de Santuario jamás creada, un infierno lúgubre y desolado desprovisto de esperanza y plagado de demonios.
Fiel a las raíces de la franquicia, Diablo IV contará con un estilo de combate visceral, una variedad inagotable de monstruos espantosos, botín legendario y una combinación infinita de jugabilidad y progresión. Los jugadores podrán emprender un sinfín de aventuras por ecosistemas únicos, habitados por nuevos y peligrosos enemigos. Se adentrarán en mazmorras aleatorias plagadas de adversarios impredecibles y tesoros inimaginables. Aunque podrán seguir jugando en solitario y en grupos coordinados, Diablo IV también ofrecerá a los grupos de jugadores la posibilidad de encontrarse en el mismo mundo compartido, bien para afrontar desafíos más arduos… o bien para luchar a muerte en JcJ.
En Diablo IV, los jugadores intentarán devolver la esperanza al mundo venciendo al mal en todas sus encarnaciones: cultores caníbales que veneran demonios, nuevos muertos vivientes submarinos que emergen en las costas y arrastran a sus víctimas al agua… Por primera vez en la saga, Santuario será un continente sin interrupciones, con regiones tan diversas como el desierto abrasador de Kehjistan, los bosques infestados de hombres lobo de Scosglen o la hostil naturaleza de las Estepas Adustas.
En la BlizzCon, Blizzard ha desvelado las tres primeras clases de Diablo IV, todas ellas disponibles para jugar en el evento:
- El bárbaro, conocido por su fuerza sin igual y su brutal estilo de combate cuerpo a cuerpo, utiliza un sistema de combate nuevo y más poderoso, el arsenal, que le permite portar cuatro tipos de armas distintas y cambiar entre ellas con rapidez asignándolas a ataques individuales.
- La hechicera, cuyos orígenes se remontan a Diablo II, domina los elementos para empalar a sus enemigos con púas de hielo, electrocutarlos con relámpagos y desatar lluvias de meteoritos.
- El druida es un salvaje metamorfo cuyo renovado estilo de juego le permite transformarse en hombre lobo, hombre oso y humano para liberar la furia de la naturaleza contra los Infiernos Abrasadores.
Estos tres emblemáticos personajes rinden un homenaje al legado de la franquicia y son un reflejo de la intención de Diablo IV de mantener los cimientos de la saga para preservar su espíritu y ofrecer nuevas posibilidades de juego. Los jugadores podrán descubrir innumerables configuraciones de personajes y experimentar con ellas gracias a habilidades y árboles de talento personalizables, un exhaustivo sistema de botín repleto de objetos legendarios y de conjunto, runas y combinaciones de palabras rúnicas y hasta monturas personalizadas para recorrer el mundo abierto.
