Wolfenstein Youngblood es el nuevo shooter en primera persona de Machine Games, con la colaboración de Arkane Studios y editado por Bethesda Softworks. Esta entrega se presenta como un spin-off y nos sitúa un par de décadas después del final del segundo ‘Wolfenstein’ haciendo de puente con la futura tercera parte de la famosa saga de acción.
¿QUÉ ES WOLFENSTEIN YOUNGBLOOD?
En Wolfenstein: Youngblood tomaremos el control de una de las hermanas Blazkowicz (Chloe o Jess), hijas del legendario héroe de guerra B.J Blazkowicz, protagonista de las dos primeras entregas, y nuestra misión será liberar Neo París de los nazis y encontrar a nuestro padre, que desapareció misteriosamente y sin dejar rastro. Junto a Abby, la cerebro del grupo, y teniendo como base de operaciones las Catacumbas de la capital francesa, nos hartaremos de matar nazis, robots y perros kamikazes demasiado bien adiestrados.
Sin duda, ‘Wolfenstein: Youngblood’, deja una primera impresión excelente. Las primeras tres o cuatro horas de juego quedarás embobado con lo que ves en pantalla. Es muy divertido, con un gunplay exquisito, que entra por los ojos y que, además, está completamente doblado al español. El problema es que esta superficie tan brillante se oscurece un poco con el paso de las misiones, cuando avanzamos por los diversos escenarios y vemos como los objetivos se repiten incluso en la rama de la historia principal. El desarrollo no será lineal, ya que elegiremos las misiones que queremos completar en cada momento. El juego está estructurado en varios escenarios accesibles a través de la antigua red de metro y los visitaremos más de una vez tanto para avanzar en la historia como para cumplir las misiones secundarias (matar objetivos, rescatar rehenes, recuperar documentos…) que nos encomendarán nuestros compañeros de la Resistencia.
Técnicamente el juego es una delicia. Incluso con un puñado de explosiones, fuego, partículas en el aire, bien mezclado con la pólvora y de nuestros disparos, los ‘fps’ se mantendrán estables. Con un acabado notable y con el encanto del apartado artístico de la antigua guerra y la atmósfera nazi. El único pero son las expresiones faciales, muy rígidas, que veremos en las escasísimas cinemáticas.
ACOMPAÑADO ES MÁS DIVERTIDO
Estamos ante una aventura que se puede disfrutar en su totalidad de forma acompañada, pero que tiene poco de cooperativa. No importa qué chica elijamos, solo se diferencian en el color del pelo, ni qué habilidad “primaria” nos llame más la atención (sigilo o embestida) ya que a los pocos minutos de avanzar por las calles de Neo París podremos desbloquear la que descartamos. Chloe y Jess son iguales, todo lo que hace una lo puede hacer la otra. Lo único que haremos de forma conjunta será abrir puertas, usar un par de llaves y descifrar unos códigos de desbloqueo. No existen acciones en pareja más allá de lo muy básico. Eso sí, el juego tiene un sistema de vidas que funciona de forma conjunta, si una de las dos cae y no se le atiende, se pierde una vida (tres en total). Si compramos la versión Deluxe (39’99 euros en Steam) desbloquearemos el ‘Buddy Pass’ con el que un amigo podrá jugar con nosotros aún no habiendo comprado el juego.
Si preferimos avanzar a nuestro aire y jugar con la IA como acompañante veremos que el juego no tiene ningún pudor en teletransportar a nuestra hermana si nos alejamos demasiado o si la necesitamos cerca para poder abrir una puerta a base de empujones. No podremos darle ningún tipo de orden y se limitará a seguirnos y disparar.
SUBE DE NIVEL
Otra novedad respecto a sus antecesores es la introducción de elementos roleros. Subiremos de nivel, desbloquearemos habilidades y funciones para nuestro super-traje y personalizaremos nuestras armas con varios accesorios, desde mirillas hasta culatas. Cuidado, nuestros enemigos también subirán de nivel (a nuestro ritmo), también tendrán mejores armaduras y cambios estéticos que indicarán que son más poderosos. A diferencia de su padre, nuestras heroínas solo podrán usar las pistolas de forma dual, una en cada mano, pero también empuñarán las armas más grandes y con más capacidad destructiva.
El sigilo está presente, pero queda algo desdibujado. Podemos camuflarnos casi a la perfección gracias a nuestro super-traje, que además lo potenciaremos con los puntos de habilidad si así lo deseamos, pero para que un elemento como el sigilo brille es necesario que también lo haga la IA y en este sentido el juego cojea. Por ejemplo, si matamos a un enemigo, otro que esté vivo puede pasar por encima del cadáver y ni se inmutará. Si nos detectan (hay indicadores sobre la cabeza) saltará la alarma prácticamente al instante. Además, si no matamos a los nazis con las armas de fuego éstas no subirán de nivel… y eso, a la larga, no compensa. Por lo tanto, esta característica queda como algo muy circunstancial, eclipsada por el gusto que da provocar el caos con nuestro arsenal.
CONCLUSIÓN
En definitiva, ‘Wolfenstein: Youngblood’ es un juego recomendado para todos los amantes de los shooter en primera persona que busquen acción frenética con enfrentamientos directos contra enemigos de todos los tamaños, sin grandes alardes argumentales. Matar nazis sigue siendo muy divertido, sobre todo en compañía, y con un precio de salida muy reducido (30 euros la versión básica). La introducción de los elementos de rol son un acierto, no frenan el ritmo del juego y ojalá se mantengan para la tercera entrega de la saga principal. Tiene algunos puntos flacos, como la IA, un guión flojo y predecible, el poco carisma de las dos hermanas y que no hay escenarios ni situaciones para el recuerdo.
Por último, dar las gracias a Bethesda España por cedernos una copia de PC de Wolfenstein Youngblood.