Muchos fans de Pokémon reclaman un juego de acción en tiempo real en la saga. Hemos tenido algunos coqueteos con ello, como Pokémon Quest, pero nunca nada a gran escala. Ahora hay un videojuego que, de alguna manera, puede saciar ese hambre de algunos jugadores: Adore es una mezcla de la acción y la jugabilidad tipo Diablo con el concepto de Pokémon. Suena bien, ¿verdad? Te cuento si merece la pena en el análisis de Adore.
Adorador de criaturas
Adore es el nuevo videojuego del estudio brasileño Cadabra Games y QUByte Interactive, y acaba de salir para Nintendo Switch, PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC, versión que he podido jugar. Adore es un juego de acción con vista isométrica, dungeon crawler y coleccionismo de criaturas en el que encarnamos a Lukha, un adorador capaz de capturar monstruos y hacerlos luchar en batallas en tiempo real.
La historia de Adore es curiosa. El título se lanzó en 2020 en acceso anticipado y, al principio, era un roguelike. El feedback de la comunidad y los deseos de los jugadores fueron modificando el juego, en un fantástico ejercicio de escucha por parte del estudio, y ahora que ha salido en su versión 1.0 os aseguro que ya no es un roguelike. Es cierto, tengo que decir, que se nota que algún día lo fue, pero no lo es. Y, en mi opinión, mejor así.
En Adore, como decía, controlamos a Lukha, un adorador que guarda un secreto enorme: dentro de él está Draknar, el dios de las criaturas. Esta divinidad pereció ante el poder de su rival, Ixer, que ha vuelto para sembrar el caos. Tras años de letargo, Draknar ha despertado dentro de nuestro protagonista y le guía con el objetivo de revivir y matar definitivamente a Ixer para traer la paz al mundo de Gaterdrik.
El relato de Adore no es su gran fuerte y no os animaría a jugar por la narrativa, la verdad. Más allá de que sea básica, los diálogos tienen poco interés y son previsibles, y los pocos personajes que aparecen son bastante planos y no tienen demasiada personalidad. Ni siquiera Lukha está bien trabajado y es difícil conectar con este chaval que, de la noche a la mañana, se convierte en héroe.
Lo que atrapa en Adore es otra cosa y tiene que ver con las criaturas y los combates. En el juego visitaremos niveles generados proceduralmente (aunque la sensación es que se repiten muchísimo, la verdad), con un estilo de dungeon crawler. Estos escenarios están repletos de criaturas, que podremos capturar o matar. En cada nivel hay que cumplir un objetivo para superarlo (eliminar a todos los monstruos, activar mecanismos, acabar con jefes…).
Cada una de estas criaturas tiene un tipo diferente (hay cinco) y habilidades completamente diversas. Lukha tiene la capacidad de llevar hasta 4 monstruos a la vez para usarlos en combate. Hay que tener en cuenta que el adorador no ataca, aunque sí tenemos que esquivar los ataques de las criaturas salvajes, porque si nuestra vida llega a cero, fallaremos la expedición y perderemos el looteo (aunque parte es recuperable).
El poder de las criaturas
En combate, Lukha puede utilizar las criaturas sacándolas a la batalla si pulsamos un botón. Aunque nuestros amigos atacan de forma automática (y solo unos pocos movimientos en cada aparición, depende de cada uno), hay que utilizarlos de forma estratégica. Es más, cuando uno ataca y hace daño, el resto que no está en combate carga su ataque especial, uno muy importante y que hay que usar con cabeza.
Es así porque, normalmente, esas habilidades especiales tienen efectos secundarios muy dañinos para los enemigos o beneficiosos para nosotros. Por ejemplo, una criatura mística tiene el poder de congelar al monstruo que golpea si usa su ataque especial. Esto es genial porque podemos atacarle fuerte durante unos segundos y no temer por nuestra vida. Adore es mucho más estratégico de lo que parece.
Lo es también por otras dos razones fundamentales: tenemos una “barra de invocación” que hace que no podamos spammear todo el rato a las criaturas y porque podemos crear sinergias entre ellas. Centrándome en esto último, cuando capturamos a un monstruo de un tipo concreto (por ejemplo, naturaleza), este suelta una esencia, que es fundamental para crear un equipo fuerte.
Las esencias sirven para crear sinergias entre criaturas y desbloquear más habilidades pasivas que aumentan su poder. Por ejemplo, si aplicamos una esencia de tipo naturaleza a un monstruo de tipo bestia, este último tendrá más fuerza si en el equipo activo hay una criatura de naturaleza. Al principio no se ve el potencial de esto, pero os aseguro que cuando llevas varias horas entiendes la importancia de cuidar las sinergias.
Pero hay algo que hay que tener en cuenta: no es posible capturar a lo loco. Esto no funciona como Pokémon, en el sentido de que no hay una Poké Ball que podamos comprar o craftear. En Adore, existen unos orbes especiales que nos permiten capturar y, para obtenerlos, hay que farmearlos en una fase. El juego, en general, te obligará a farmear bastante para conseguir recursos y ser fuerte, especialmente pasadas las primeras horas de juego.
Y este es un punto algo negativo para mí, no tanto por el farmeo en sí, sino porque, como ya pasara también en Loop Hero (por poner un ejemplo claro que me viene a la mente), creo que el juego tiene un desarrollo desequilibrado. En las primeras 4 horas de juego había vencido a Ixer en el primer combate y a dos adoradores (sí, hay combates contra otros domadores de criaturas), pero más adelante el desarrollo se frenó bastante y me costó avanzar al mismo ritmo en la historia.
El problema de esto es que el juego se puede hacer súper repetitivo muy rápido. La jugabilidad se basa en lanzarse a la aventura, superar la fase en 5-10 minutos, conseguir recursos, capturar nuevas criaturas… y a repetir el proceso. Ni siquiera la historia cambia ese loop y, aunque hay algunos modos que intentan romper la monotonía (expedición y ascensión), realmente no aportan nada especial al gameplay.
Es cierto, eso sí, que hay fases especiales más complejas que, al menos, te ponen en alerta y te obligan a jugar con mucha cabeza, porque en ocasiones lo pasarás mal. Es desafiante y divertido en general. Dicho esto, la mayoría de niveles en los que te perderás son muy similares. Hay diferentes biomas, con sus criaturas diferentes, y eso ayuda a romper un poco la rutina, pero lo dicho, Adore adolece de variedad en el gameplay y ahí especialmente se nota que es un juego indie con menos recursos.
Y aún así, aún creyendo que es repetitivo y que a muchos jugadores les va a cansar rápido, he disfrutado de su jugabilidad y lo sigo haciendo. Me gusta el sistema de captura (que varía según las criaturas), el concepto de las sinergias es interesante, es un juego tranquilo aunque sea de acción y, de alguna manera, consigue entretenerte sin grandes pretensiones. Lo estoy pasando bien.
El estilo Diablo viene porque las criaturas pueden verse como tus hechizos, ya que invocas y actúan, y hay que usarlas con cuidado. El rollo Pokémon está más que claro, aunque sí quiero matizar algo: no creo que sea un juego de coleccionismo de criaturas. ¿Por qué? Bueno, porque, para empezar, aquí “son” tus poderes antes que un monstruo adorable que cuidar (no son cuquis, la verdad).
Además, las capturas son más complejas y no podemos almacenar criaturas de forma ilimitada. De hecho, el equivalente a la caja Pokémon es muy pequeña y tenemos que ampliarla con recursos que, nuevamente, te tocará farmear. Por último, tienes que saber que hay 39 criaturas. Sí, son pocas, pero cada una es muy diferente, están bien animadas y son útiles. Y, además, todas tienen dos variaciones más: bendecida y súper bendecida. Cambian su color, es difícil cazarlas y son más fuertes.
Por si esto fuera poco, también existen criaturas legendarias, también difíciles de capturar y, por supuesto, con mucha fuerza. Al final, sinceramente, no se nota que “solo” sean 39 criaturas, no es un aspecto tan negativo mientras juegas. De todas formas, ojalá incluyeran más en el futuro, pero honestamente me encantan los diseños, son duros y feroces, y hay algunos monstruos que me encantan.
Más allá de todo esto, podemos mejorar las habilidades de Lukha con diferentes poderes y equipamiento que iremos desbloqueando y comprando. Además, en nuestras excursiones conseguiremos alimentos, que podemos ingerir directamente o cocinar en el refugio (el HUB central que sirve de guarida), algo más recomendable, ya que podemos extraer mayores beneficios.
Gráficos y apartado sonoro
En cuanto al apartado técnico, como dije al principio, he jugado la versión de Steam en PC. Los gráficos son correctos y las criaturas son lo mejor del título, con buenas animaciones, ataques vistosos y grandes diseños. Los escenarios, en cambio, se repiten mucho y están bastante vacíos en líneas generales. No tienen mucho interés y no me ha gustado demasiado el resultado final en ese ámbito.
A nivel sonoro, tengo algunas quejas. La música, por defecto, está a un nivel altísimo, hasta el punto de que no se oyen los ataques o los efectos. He tenido que quitarla incluso, porque se repiten las melodías hasta la saciedad. No es mala la banda sonora del juego, pero acaba hartando por la poca variedad de sonidos. Un aspecto muy mejorable en líneas generales, sinceramente.
Como apunte, hemos podido probarlo también en Steam Deck y Adore funciona perfectamente, con un rendimiento muy fino. El problema es que los textos no están adaptados y cuesta leerlos, algo que incluso pasa cuando juegas en el monitor. Por cierto, aunque la página de Steam no lo refleje, el juego está totalmente traducido al español, algo que se agradece mucho. Ha llegado con la 1.0 y, de hecho, empecé a jugar para hacer el análisis en inglés antes de que lo incluyeran.
Conclusiones
Adore es un juego de acción y combate con criaturas en tiempo real con muy buenas ideas. La unión de Diablo y Pokémon funciona bastante bien, aunque tiene varios apartados mejorables y peca de repetitivo. Aún así, como juego indie con menor presupuesto, es una experiencia recomendable, aunque no es para todo el mundo.
Por último, dar las gracias a Cadabra Games por cedernos una copia de Adore.