Los juegos deportivos en realidad virtual suelen llevar este género a otro nivel y el videojuego que hoy nos ocupa nos hace sentir como Rafa Nadal. First Person Tennis – The Real Tennis Simulator ha llegado a Meta Quest 2, tras varios años en Oculus Rift. ¿Merece la pena este juego de tenis? Descúbrelo en este análisis.
Creo que todos estamos bastante de acuerdo en que la gran ventaja de la realidad virtual es la capa extra de inmersión. Half-Life Alyx nos hace creer que somos realmente Alyx, The Walking Dead: Saints & Sinners nos mete el miedo en el cuerpo y Eleven Table Tennis nos convierte en un jugador profesional de ping pong. ¿Hace lo propio First Person Tennis? Sí, pero con matices.
No tengo que explicaros en qué consiste el videojuego, pero bueno: jugar partidos de tenis en primera persona. El título pone a nuestra disposición distintos modos de juego para poder divertirnos como queramos, algo que se agradece: partidos rápidos contra la máquina, ejercicios de entrenamientos (algo simples, eso sí), un modo World Tour en el que jugamos campeonatos contra la IA y modo multijugador.
La variedad es buena, aunque es cierto que el modo World Tour es muy descafeinado. Al comenzarlo, creamos a nuestro tenista, con un nivel de personalización no muy generoso. La lástima es que, cuando generamos a nuestro jugador, establecemos sus estadísticas (con 30 puntos de límite), que se quedarán fijas para siempre. No hay un desarrollo del tenista en este modo, en el que vamos jugando campeonatos por todo el mundo, algo que lo hace un poco decepcionante para lo que podría ser. Pero bueno, lo importante ocurre en la pista.
Simulación o puro arcade
Una de las grandes preguntas que uno se hace cuando ve juegos así es si necesitará mucho espacio para jugarlo. Hay que reconocer que First Person Tennis es muy accesible, tanto en la cuestión de espacio y movimiento, como en la propia jugabilidad. En el caso del movimiento, tenemos opciones de todo tipo: movernos nosotros (necesitaremos un espacio enorme, como podéis imaginar), movernos con el stick o teletransportarnos. Hay otras opciones, variantes de estas, pero como veis, tenemos a nuestra disposición muchas opciones.
En mi caso, he optado por el movimiento con el stick. No tengo espacio para hacerlo físicamente, y el teletransporte es un poco extraño para jugar al tenis (funciona perfectamente, no es por eso), así que esa opción es la que más me ha gustado. Tanta libertad da pie a que cualquier jugador, novato o experimentado en realidad virtual, pueda acercarse al título, aunque sí creo que se disfruta más con movimiento, aunque sea con el mando. Por ello, es un juego que recomiendo más a gente que haya jugado ya un tiempo en RV y sepa que no se marea, porque el motion sickness puede aparecer si no hay costumbre.
En el apartado de jugabilidad, hay dos grandes posibilidades: arcade o simulación. Os aseguro que existen diferencias notorias entre ambos modos y es algo que valoro enormemente. En el caso del arcade, digamos que es mucho más sencillo golpear la bola (prácticamente sirve con poner la raqueta) y dirigirla. Eso sí, será sencillo que nos pasemos de fuerza, pero es sin duda el modo correcto para empezar.
Y lo digo con conocimiento de causa. Se me ocurrió poner simulación en mi primera media hora de juego y tuve que aceptar que no podía jugar de esa forma. Y es que, en simulación, hay que golpear de una forma muy realista y acertada a la bola para que pase al otro campo. La experiencia cambia radicalmente y se dificulta mucho más, pero al existir ambos modos, cualquier tipo de jugador va a disfrutar.
Es evidente que en el modo arcade se realizan golpes que jamás veríamos en una pista real, pero para eso existen ambas opciones. Si lo que queremos es disfrutar del juego sin tener que ser Carlos Alcaraz, el modo arcade nos lo hará pasar muy bien. Si queremos algo más realista, la simulación será nuestra elección. Sea como sea, el modo entrenamiento nos permite experimentar mucho con ambos modos.
Lo interesante es que las físicas no están nada mal, aunque se aprecian mejor en simulación (y no esperéis diferencias entre los tipos de pista). En arcade todo es más mecánico y se aprecian menos los matices, sobre todo en cuanto a los golpeos, porque cuesta más dar efectos a la bola. En simulación sí es posible hacerlo, aunque no es nada sencillo. En resumen, a nivel jugable, el videojuego cumple muy bien y la experiencia es buena.
“¡Fuera!”
Los peros que se le pueden achacar al juego son varios, eso sí. Por ejemplo, el multijugador tiene un sistema un poco extraño, en el que tenemos que unirnos a salas para buscar rivales. Sería más sencillo buscar partidos y que el juego nos uniera de forma aleatoria, aunque podemos proponer desafíos a jugadores que estén conectados. El gran problema del multijugador, que solo es hacer partidos (aunque existe un ranking online con puntuación de cada jugador), es que hay muy poca gente jugando al videojuego, por lo que cuesta realmente echar algún partido online.
Más allá de eso, y volviendo a los modos un jugador, otro problema está en la IA, pero por su inconsistencia. La IA, incluso en el nivel más bajo, es capaz de realizar golpes fantásticos (ya os aseguro que se nota mucho cuando un rival es especialista en saques, por decir algo), pero también hace acciones completamente nefastas. Por ejemplo, un globo que bote un poco extraño, lía completamente a la máquina. Golpes rápidos y bajos también suelen ser críticos, aunque podrían llegar a devolvernos el golpe.
Pero lo peor está en que a veces las animaciones que hace la máquina son inverosímiles. No es habitual, pero en ocasiones, si la pelota bota mucho y sale despedida hacia arriba, la máquina golpea con la bola a un metro de la raqueta del rival. Esto puede confundirnos mucho porque, evidentemente, nosotros estamos viendo que es imposible que esa bola se golpee así. Luces y sombras en este apartado.
El juego cumple gráficamente, pero tiene algunos errores de rendimiento extraños. Cada cierto tiempo, el juego da tirones que pueden hacer directamente que no golpees una pelota. Me parece un poco raro que los dé, sinceramente, pero es lo que sucede y espero que lo logren arreglar en futuras actualizaciones.
Por cierto, no esperéis licencias de ningún tipo. Jugamos en diferentes tipos de pistas, claro, y lo haremos en lugares top del mundo, pero todos los campeonatos y patrocinadores son falsos. Aquí veréis a Olex, IKA y otros nombres que recuerdan a las marcas reales. No es un gran problema, pero es importante apuntarlo para que no creáis que encontraréis otra cosa.
Conclusiones
First Person Tennis – The Real Tennis Simulator es un buen juego, divertido y que cumple, aunque os costará dominarlo al principio. Lo positivo es que tiene muchas opciones diferentes para adaptarse a cada tipo de jugador, por lo que su aparente dificultad no debería ser un problema. Aunque tiene carencias en algunos de sus modos y algunos peros en el rendimiento, me parece un título entretenido si os gusta el mundo del tenis, así que lo recomiendo.
Por último, dar las gracias a Mikori Games por cedernos una copia de First Person Tennis – The Real Tennis Simulator.